Un abrazo que tuvo que esperar más de 5 meses. La maldita pandemia que azota al mundo nos privó de esas cosas tan preciadas que, a veces, solo valoramos cuando no las podemos concretar.
El coronavirus se convirtió en una real amenaza, y hubo que prohibir todo contacto, sobre todo con nuestros adultos mayores, los más vulnerables frente al virus.
No más besos, no más abrazos, no más compartir un mate, y claro, en el caso de las residencias geriátricas NO MAS VISITAS.
Nunca nadie se hubiese imaginado que esas cosas simples pero que al hacerlas o recibirlas llenan el alma, iban a estar vedadas.
El impacto anímico y psicológico que empezó a provocar esas medidas de protección sanitaria en los habitantes de la Residencia “Los Aromos”, de la localidad de Fátima, hizo que sus propietarios comenzaran a evaluar todas las alternativas posibles para poder aliviar ese pesar.
Y la manera que encontraron para poder acercar a las familias a sus allegados fue por medio de la instalación de una mampara de PVC intervenida, dispositivo que, al igual que fue utilizado en otros puntos de la provincia, el país y hasta en el mundo, permitió que después de 5 meses, vuelvan los abrazos.
Aunque el contacto es corto, y con esa barrera plástica de por medio, en “Los Aromos” sirvió para que los residentes y sus familias puedan animarse, juntar fuerzas y seguir adelante.
En la residencia vienen transitando el aislamiento preventivo y obligatorio desde el pasado 3 de marzo. Adrián Galante, propietario del lugar, contó que ese día tomó la decisión de cerrar completamente y comunicar a las familias que ya no podrían hacer visitas.
“Cerramos porque veníamos viendo lo que pasaba en los geriátricos de otros países, donde el virus entró como en Italia o España. Fue duro porque al principio las familias resistieron la medida que adoptamos”, relató Galante entrevistado por el programa radial Agenda Propia de FM Estudio 2 (105.9).
Junto con la prohibición de las visitas, en Los Aromos también comenzaron a implementarse medidas “para tratar a los abuelos como si estuviesen en una terapia intensiva, con personal con tapabocas, cubrezapatos, camisolín, cofias, doble barbijos y mascara”, relató el propietario del lugar.
Sin embargo, explicó Galante, todas esas medidas adoptadas para cuidar y proteger a los residentes se volvieron una carga pesada de llevar. “Es que llega un momento en que los abuelos sufren, están deprimidos y necesitan ver a la familia”, contó Galante quien de inmediato puso manos a la obra para poder adquirir la mampara plástica de PVC.
La consiguió por medio de una casa que trabaja con ese material en Entre Ríos.
Ayer, lunes, ya con el dispositivo instalado, a lo que se suma una cabina sanitizante, algunos familiares pudieron volver a tomar contacto con sus padres o madres.
Galante, además, destacó la labor que encara la Comuna en las residencias, donde se realizan hisopados a todo el personal cada 14 días, se entregan elementos de protección como barbijos y cofias, e incluso se dispone desde el Estado local de transporte privado para que los trabajadores no tengan que utilizar medios públicos, y así evitar contagiar a los adultos mayores. "Yo no tengo banderas políticas, pero cuando las cosas se hacen bien hay que destacarlasa", sostuvo Galante.
La fuerza de un abrazo
Adriana es una de las residentes de Los Aromos y para ella, ayer fue un día especial. Porque después de 5 meses pudo volver a ver y abrazarse con su hija.
“Lo que se vivió fue increíble. En cuanto Adriana se encontró con su hija, se pusieron a llorar, fue hermoso”, relató Galante quien indicó que poco a poco el resto de las familias se irá acercando nuevamente, cumpliendo con estrictos protocolos.
“Uno se da cuenta de que el virus está y que lo puede tener cualquiera, pero mientras hay que buscar la manera para que la parte humana no se pierda. Ayer, fue muy movilizante para los abuelos porque con las visitas vuelven a vivir, lo vemos en las caras de nuestros residentes”, señaló el propietario de Los Aromos.
Para Galante, es importante “cuidar a los abuelos, que estén bien y que estén tranquilos” y agregó que “parte de ese cuidado tiene que ver también con que los que estamos a cargo de las residencias busquemos la manera de que ellos no sufran tanto, que puedan ver a sus familias y no sientan ese desarraigo que es muy duro”, finalizó.
Escuchá la nota que Adrián Galante concedió al programa Agenda Propia de FM Estudio 2