Los obispos argentinos reunidos en la 124ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) le reiteraron al Papa Francisco su disposición a recibirlo en la Argentina a través de una carta, y afirmaron que se unen a él en oración por la paz, el diálogo y la fraternidad en el mundo.
“Siempre esperamos tu visita. Aquí estamos para el abrazo fraterno y el compartir abierto con este pueblo, que un día te vio partir al encuentro de una paternidad más grande y universal”, expresan en la misiva enviada desde la casa de ejercicios espirituales “El Cenáculo”, de Pilar.
“Rezamos por vos y nos quedamos en tu oración por este pueblo argentino, por sus familias, especialmente por los más pobres, y por esta Iglesia, que quiere ser testigo de la Pascua del Señor”, agregaron.
La carta, firmada por el obispo Oscar Ojea y monseñor Alberto Bochatey Osa, presidente y secretario general de la CEA, respectivamente. El ella señalaron la necesidad de “que cesen todas las violencias y agresiones, para que el diálogo prime siempre”.
Texto completo de la carta
Querido Padre,
Una vez más tenemos la alegría de escribirte en el marco de nuestra 124ª Asamblea Plenaria de la CEA. Con la participación de los obispos de todo el país, nos hemos reunido para tratar una importante agenda pastoral que alcanza a temas de incidencia social, relacionados con la vida de nuestro país y con la dinámica sinodal de nuestro servicio episcopal.
Compartimos tu dolor y preocupación por la violencia extendida en el mundo, por las heridas ocasionadas a la causa de la paz y la fraternidad humana. También rezamos para que cesen todas las violencias y agresiones y para que el diálogo prime siempre a fin de evitar la prolongación de estas situaciones que afligen a tantos pueblos y a la humanidad en general.
Siempre esperamos tu visita. Aquí estamos para el abrazo fraterno y el compartir abierto con este pueblo que un día te vio partir al encuentro de una paternidad más grande y universal.
Rezamos por vos y nos quedamos en tu oración por este pueblo argentino, por sus familias, especialmente por los más pobres, y por esta Iglesia que quiere ser testigo de la Pascua del Señor.