Lunes, 15 Julio 2019 15:10

Guía para padres con consejos para prevenir la bronquiolitis

Es una de las enfermedades más frecuentes que afecta a niños menores de dos años. Cómo identificar los síntomas y cómo mantenerla alejada de los hogares. Lee el informe de especialistas del Hospital Austral.

Cada año, se notifican nuevos casos de infecciones respiratorias agudas, siendo la bronquiolitis una de las más frecuentes en los niños menores de 2 años y cuya mayor incidencia es en los meses de otoño e invierno.


“Tener conocimiento sobre la enfermedad, su prevención y los tratamientos disponibles brinda herramientas para disminuir su impacto en la salud de los más pequeños”, señalan desde el Hospital Universitario Austral desde donde elaboraron una guía para que los papás identificar a la conocida “enfermedad de los niños”.


Elaborada por las doctoras Verónica Aimar (profesora de Atención Médica Primaria de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral) y Celeste Berecoechea (graduada de la FCB y jefa del servicio de Medicina General Ambulatoria del Hospital Universitario Austral), la guía cuenta con una serie de preguntas claves para ayudar a los padres a prevenir e identificar esta enfermedad, y disminuir su impacto en la salud de los más pequeños.

 

¿Por qué la Bronquiolitis produce dificultad para respirar?
Porque se produce una inflamación difusa en los conductos más pequeños del tracto respiratorio inferior llamados bronquiolos.

¿Cuál es su causa y mecanismo de contagio?
Las causantes son las infecciones virales, como el Virus Sincitial Respiratorio (VSR) -agente causal más frecuentemente involucrado-, el virus Haemophilus influenzae -productor de gripe-, el parainfluenzae y otros.
El mecanismo habitual de contagio es a través de un adulto o niño resfriado, mediante las gotitas minúsculas de la nariz o los bronquios al toser o estornudar que contaminan superficies, juguetes y distintos utensilios, o el contacto directo con las manos contaminadas.

¿Qué síntomas presenta?
Durante los 3 primeros días la enfermedad se manifiesta con tos, mucosidad nasal, congestión y fiebre. Los siguientes 5 a 7 días se presenta dificultad respiratoria, agitación y silbidos en el pecho. Se puede notar que la respiración se vuelve más rápida, con mayor esfuerzo de los músculos del tórax y cuello, además de dificultad para alimentarse, irritabilidad y somnolencia. La recuperación completa puede tardar entre 2 a 3 semanas, donde persiste tos catarral.

¿Cómo prevenimos la infección? Son muchas las acciones a implementar:

Lavándonos frecuentemente las manos con agua y jabón.

Cubriéndonos nariz y boca con el pliegue del codo al toser o estornudar.

No exponiendo a los bebes a personas resfriadas o con tos.

No llevándolos al jardín de infantes resfriados o con tos.

Ventilando los ambientes -no usar sahumerios ni braseros-.

Manteniendo la lactancia materna.

Teniendo la vacunación completa para la edad, en especial, la vacuna antigripal.

Desinfectando las superficies que puedan contaminarse como objetos, juguetes, perillas de puertas, etc.

Evitando la exposición al tabaquismo en todas sus formas. Tanto el tabaquismo pasivo (fumar en la misma habitación), en otras habitaciones o afuera del hogar, son riesgosas para los adultos y niños (tabaquismo de segunda y tercera mano).
 

¿Quiénes deben vacunarse?
La deben recibir de manera gratuita los niños de 6 a 24 meses (dos dosis), las embarazadas en cada embarazo y en cualquier mes de la gestación, las puérperas que no hayan recibido la vacuna durante el embarazo (hasta 10 días luego del egreso de la maternidad). También, los mayores de 65 años, las personas de 2 a 65 años con factores de riesgo (tabaquistas, obesos, asmáticos, enfermedades genéticas, reumatológicas, cardiacas, respiratorias, renales, cáncer, HIV y otras enfermedades que afecten la inmunidad).
El personal de salud debe recibir la vacuna anualmente. El resto de las personas que no pertenezcan a estos grupos de riesgo, también pueden vacunarse si lo quisieran, pero con costo según su cobertura de salud.

¿Hay niños más vulnerables o con más riegos de complicaciones y gravedad?
Sí, los bebés de 3 a 6 meses con bajo peso al nacer o prematuros. También aquellos con otras enfermedades de base, inmunocomprometidos, desnutridos, expuestos a tabaquismo pasivo, y los alimentados con suplementos exclusivamente (la lactancia materna protege frente a estas enfermedades).
A su vez, están en riesgo los niños con esquemas de vacunación incompletos, quienes presenten vulnerabilidad socioeconómica o vivan en hacinamiento.

¿En qué consiste su tratamiento?
Frente a la aparición de agitación en la respiración y dificultad en la alimentación es importante no medicar a los niños, y consultar al Centro de Salud más cercano. Al ser una enfermedad causada por virus, generalmente, no deben recibir antibióticos. Se recomienda mantener lactancia materna.
La mayoría de las veces el cuadro es leve y requiere atención ambulatoria, y solo en el 3% de los casos puede requerir aporte de oxígenos o internación.

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