Viernes, 24 Abril 2020 13:27

Darán de alta a la esposa de Alberto Quispe, el hombre que falleció por coronavirus

Ángela Romano también padeció el virus, internada en el Hospital Sanguinetti. Tras 15 días de batalla, los hisopados correspondientes le dieron negativo. En el medio del dolor por la pérdida de su marido, pide “que el virus se vaya lejos para que no destruya a ninguna familia más”. En las próximas horas saldrá del centro asistencial.

La esposa de Alberto Quispe, el hombre que se convirtió en el primer fallecido del distrito tras padecer coronavirus, recibirá el alta en las próximas horas tras haber superado la misma enfermedad.

Se trata de Ángela Romano, quien estuvo internada en el Hospital Sanguinetti por un período de 15 días. Esta mañana, los médicos que la atienden le confirmaron que los hisopados correspondientes arrojaron resultado negativo.

“Estamos pidiéndole a Dios que todo esto termine y que este virus se vaya muy lejos para que no pueda destruir a ninguna otra familia”, dijo la mujer, a la espera de ser externada, algo que sucederá en las próximas horas. Cuando salga del Hospital, se convertirá en la segunda mujer dada de alta en el Sanguinetti, luego de Luisa Salvador, quien también le ganó la pelea al coronavirus.

A Ángela le tocaron vivir momentos muy duros, pero aferrada a una profunda fe, está segura que saldrá adelante acompañada por sus hijos y nietos.

Es que estando internada, batallando contra el COVID-19, tuvo que afrontar la noticia del fallecimiento de su compañero de vida, que lamentablemente no pudo superar la enfermedad, y a quien no pudo despedir.

En diálogo con Agenda Propia de FM Estudio 2 (105.9) Ángela recordó a Alberto como “una persona sana” a la que nunca le había pasado nada a nivel salud.

“Se estaba realizando un tratamiento odontológico y un día se le formó un flemón en una muela. Para él era solo un dolor de muela, lo llevamos a la salita de Derqui donde le bajaron la fiebre. Como seguía descompuesto, lo llevamos a José C. Paz y le dieron paracetamol”, contó Ángela sobre cómo se le declaró el virus a su marido.

“Como no mejoraba, mi hija que es enfermera dijo que lo mejor era llamar a la ambulancia. El personal estuvo con él hasta que decidieron internarlo. Al día de estar en el hospital nos confirmaron que había dado positivo para coronavirus”, recordó la mujer.

“Nos mandaron sus pertenencias a mi casa en una bolsa. Lloré dos días porque supe que era muy grave lo que estaba pasando, pero nunca dejé de rezar y de poner todo en las manos del Señor”, agregó.

Tras la internación de Alberto, a los pocos días, ella comenzó con síntomas. “Se me declaró una tos muy fuerte. Y como no paraba de toser, mi hija volvió a llamar a la ambulancia. Como el coronavirus ya estaba confirmado en mi marido, ya estaban esperándome”, señaló Ángela.

Allí internada, siempre en el sector de aislamiento ya que no necesitó de una terapia intensiva, Ángela afrontó uno de los momentos más duros de su vida: la muerte de su compañero.

“Me dijeron que había viajado a la casa del Padre. No lo podía creer. Me puse a rezar y a poner el alma de mi marido en las manos de Dios, y pedir que nos fortalezca porque la vida sigue. En ese momento, no me ocupé más de mí, sino que recé mucho por mis hijos y mis nietos queridos”, compartió Ángela.

 

Ahora, tras 15 de internación, Ángela ya se siente mejor. Pero tras recibir el alta, no podrá volver a su casa. Es que dos de sus hijas y la pareja de una de ellas, también tienen COVID-19.

“Están bien, no tienen síntomas pero dieron positivo. Así que mientras esperamos que les repitan los análisis, me quedaré en la casa de una familia amiga”, relató Ángela, quien no deja de agradecer a los médicos y enfermeros que la asistieron.

“De parte de ellos, recibí una atención hermosa. Se ocuparon de mí con amor, con ternura y una gran vocación”, agradeció.

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