Con la llegada del verano comienzan también a aparecer los alacranes, insectos que, en esta zona del país, presenta generalmente dos tipos de especie. Una no es venenosa, pero la otra sí.
La mayoría de estos arácnidos pertenecen al tipo Bothriurus Bonaerense, que no son venenosos.
Pero hay otra especie, que desde hace varios años se encuentra en Pilar, que sí es venenosa: la Tityus Trivittatus. Incluso, una picadura de este tipo de alacrán puede ser potencialmente mortal cuando el paciente no es atendido a tiempo, sobre todo en niños pequeños, ancianos y personas con problemas de corazón o diabéticos.
Los especialistas indican que es clave el impedir que los alacranes se reproduzcan y aniden cerca de viviendas. Para ello hay que revisar y sacudir prendas de vestir y calzados antes de colocárselos; y hacer lo mismo con la ropa de cama antes de acostarse o acostar un bebé o niño.
Además, piden evitar caminar descalzo, utilizar rejillas en desagües, cañerías y otras aberturas; colocar burletes o alambre tejido (mosquiteros) en puertas y ventanas.
Otro punto importante es no acumular materiales de construcción, escombros, leña, porque suelen ser lugares donde se alojan, y mantener limpia y ordenada la vivienda y alrededores. Y no acercarse o intentar pisar a los alacranes, y, siempre que no represente un riesgo, colocarlos en un frasco para su análisis.
En caso de picadura, los especialistas recomiendan consultar de inmediato con un médico.
Cómo reconocer a un ejemplar venenoso
Los alacranes venenosos son peligrosos para el ser humano.
Se denomina Tityus Trivittatus, tiene las pinzas largas y finas, bien evidente la diferencia con el no venenoso que tiene pinzas cortas y más gruesas.
Además la cola tiene doble aguijón uno más prominente que el otro, a diferencia del no venenoso ( Bothriurus Bonaerense) que solo tiene uno.
Arriba el alacrán que no es venenoso. Debajo, el potencialmente mortal.