La fiscal de la causa, María José Basiglio, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Violencia de Género de Pilar, decidió ayer tomarle una nueva declaración ampliatoria a la empleada con más antigüedad, quien ya había declarado el día del crimen.
En esta oportunidad, la mujer confirmó lo que la semana pasada contó por primera vez en el expediente Lucila Neuss, la hija del matrimonio, al hacer mención a una pelea que la noche del viernes 9 de este mes, tuvieron Jorge Neuss (72) y Saravia (69).
“La empleada contó que escuchó los gritos de la discusión y al rato vieron salir de la casa a la señora, algo afectada y sin decir nada. Se fue en el auto”, afirmó a la agencia Télam una fuente judicial con acceso a la causa.
Lo que nunca supo esta empleada es que Saravia se había ido a pasar la noche a la casa de su hija Lucila, dentro del mismo country Martindale y que no había dormido en la casa.
En su declaración anterior, la mujer contó que a la mañana siguiente Neuss desayunó solo en su habitación y que tanto ella como la otra empleada que estaba en la casa no vieron a Saravia esa mañana, pero pensaron que se había ido temprano a hacer alguna actividad.
La testigo volvió a contar que ya en horas del mediodía, Saravia regresó a la casa y dijo: “Subo a buscar unas cosas”.
Según la empleada, de eso habrán pasado “unos diez minutos” cuando ella se sobresaltó con el estampido del primer disparo y a los pocos instantes, vino el segundo.
Tanto ella como la otra empleada que trabajaba ese fin de semana subieron al primer piso a ver qué había sucedido, encontraron la puerta trabada del cuarto matrimonial y ninguno de los patrones contestaba.
La fiscal ya acreditó que a las 12.51 de ese sábado 10 de octubre –ocho minutos antes del primer llamado al 911-, esta testigo fue la que llamó a Lucila Neuss para reportar lo que habían escuchado, la hija fue la que le avisó a sus tres hermanos varones y fueron Patricio y Juan, en ese orden, quienes llegaron a la vivienda y encontraron a su madre asesinada en el baño de la suite y a su padre moribundo en el vestidor.
Basiglio también tomó ayer otras testimoniales, entre ellas, a tres empleados del club house de Martindale, para que describan cómo eran el trato con el matrimonio Neuss y sus costumbres cada vez que pasaban por el restaurante de allí.
Fuentes judiciales indicaron a la agencia Télam que si bien restan tomar testimoniales y que la fiscal espera poder develar cuál fue el motivo de la discusión que distanció la noche previa al matrimonio y que derivó al mediodía siguiente en el crimen y el suicidio, todo robustece la hipótesis de que se trató de un claro femicidio.
El hecho ocurrió el pasado 10 de octubre en el country Martindale de Pilar, cuando Saravia, luego de pasar la noche en lo de su hija por la discusión que habían tenido la noche previa, regresó a su casa cerca del mediodía.
A poco de que la mujer subió al primer piso, rumbo a su habitación, las dos empleadas, que estaban en planta baja, escucharon las detonaciones de dos disparos, subieron, notaron que la puerta del cuarto estaba trabada y llamaron a los hijos que descubrieron a su madre asesinada y a su padre gravemente herido de un tiro en la cabeza.
Las autopsias determinaron que Saravia fue asesinada, luego de ser sorprendida en el baño y de haber intentado defenderse, de un único disparo con el que Neuss la ejecutó con un revólver Smith & Wesson calibre .357 Magnum apoyado en la cabeza tras tomarla del cabello y dominarla.
A los pocos segundos, el empresario retrocedió unos pasos hasta vestidor, antesala del baño en suite, y se disparó en la sien derecha, mirando hacia su mujer ya asesinada, tras lo cual fue trasladado al Hospital Austral de Pilar, donde falleció poco después por la gravedad de la herida.