Un cofre metálico de la asociación benéfica “Amigos del Pilar” se transformó en la nueva pista a la que apuntan los investigadores del crimen de María Marta García Belsunce, a 15 años del homicidio.
Según confirmaron fuentes judiciales a la agencia Télam, el robo de ese cofre sería el móvil del crimen para los fiscales de Pilar Andrés Quintana y María Inés Domínguez, quienes el viernes citaron a indagatoria dos ex vecinos de la víctima: Nicolás Pachelo (41) y su ex mujer, Inés Dávalos Cornejo (39).
Voceros del caso señalaron que en ese cofre había dinero, tres chequeras y la llave de una caja de seguridad. El faltante de esa cajita sería uno de los fundamentos utilizados por los fiscales para la calificación de “robo agravado por el uso de arma en concurso real con homicidio criminis causa agravado” -cuando se mata para ocultar otro delito-, delitos que prevén una pena de prisión perpetua.
La hipótesis de los investigadores es que aquel 27 de octubre de 2002 había ladrones cuando María Marta llegó a su casa del country Carmel y que esas personas -que de acuerdo a las sospechas podrían ser Pachelo y Dávalos-, la asesinaron de seis balazos en la cabeza y se fueron con ese cofre metálico.
La denuncia policial sobre el faltante de esa caja fue radicada el 5 de diciembre de 2002 por María de las Mercedes Pieres, de la “Asociación Amigos de Pilar” y sumada al expediente García Belsunce en el cuerpo 17, en la foja 3.395, según consta en la copia de la causa a la que tuvo acceso Télam.
La mujer, que también declaró en los juicios por el caso, describió el cofre como “una caja metálica de color gris de pequeñas dimensiones” en la que se guardaba la llave de la caja de seguridad número 43 de la sucursal Pilar del Banco HSBC, tres chequeras y algo de cambio chico.
El propio Carrascosa aseguró cuando declaró en el juicio oral de 2007 que en su momento no se dio cuenta de los faltantes pero que luego para él quedó claro que “el robo fue el móvil” porque “faltó la caja chica de Las Damas del Pilar” -así llamó a la asociación-, y “entre 400 y 800 pesos” que él tenía en su mesa de luz.
“Los fines de semana, María Marta tenía la costumbre de llevarse la caja de sede de la asociación a su casa para tenerla a resguardo y el crimen ocurrió un domingo”, explicó a Télam uno de los investigadores judiciales de la causa.
El cofre era guardado en el escritorio que María Marta tenía debajo de su dormitorio. Si bien la llave que lo abría fue hallada más tarde por le viudo en una cartera de la víctima, la caja nunca apareció, según detallaron voceros del caso.
En base a esos indicios, los investigadores apuntaron a un crimen cometido durante un asalto y decidieron profundizar la hipótesis que apunta a Pachelo y Dávalos como posibles sospechosos. Ambos fueron citados a declarar en los próximos días.
Los fiscales Domínguez y Quintana tomaron la causa a principios de año, luego de que Casación absolviera a Carrascosa, condenado a perpetua en 2009 por el homicidio.
Durante los nueve meses que revisaron el expediente -que ya cuenta con 42 cuerpos-,los fiscales determinaron que existen “fundadas sospechas de que Pachelo y Dávalos estaban dentro del country al momento del crimen” y que la hipótesis que apuntaba al vecino sospechoso por los robos que había en Carmel no fue investigada como era debido por el fiscal original del caso, Diego Molina Pico.
En tanto, el abogado Roberto Ribas, defensor de Pachelo, aseguró hoy que la imputación a su cliente “es un absurdo” y que en la causa podría darse la “contradicción salvaje” de que su defendido y el viudo Carrascosa “terminen siendo coautores pese al odio que se tienen”.