Detectives de la División Falsificación de Moneda de la Policía Federal Argentina, detuvieron a siete personas que lideraban una organización criminal dedicada a la falsificación de Documentos de Identidad y tarjetas de crédito y débito.
La banda delictiva fue desarticulada luego de ocho allanamientos realizados en la Ciudad de Buenos Aires y en los distritos de Pilar, General Rodríguez, Vicente López, Pinamar, Moreno y San Miguel.
Según informaron voceros de la Policía Federal, en los procedimientos se logró el secuestro de gran cantidad de DNIs, tarjetas de crédito y débito falsas, insumos y materiales para su confección, dinero en efectivo – pesos y dólares-, nueve vehículos de alta gama, más de veinte posnet de distintas empresas.
La investigación, comenzó a mediados del año 2019, con la detención de una persona que intentó abonar una compra con un DNI falso.
“Luego de las primeras medidas investigativas, se advirtió que detrás de dichos sujetos operaba una sofisticada empresa delictual, donde cada integrante poseía un rol preponderante y una participación activa en la maniobra ilícita”, consignaron fuentes de la investigación.
La operatoria que llevaban adelante se desarrollaba de la siguiente manera: primero obtenían datos personales; luego procedían a la confección de tarjetas y DNI para finalmente realizar compras y ventas de productos en línea.
Los investigadores, en tan sólo seis meses lograron detectar y constatar el domicilio del jefe de la banda, ubicado en un club de campo de Pilar, como así también todos los sujetos que pertenecían a los estamentos superiores de la misma.
Las operaciones realizadas por la banda a través de las estafas cometidas redundaron en un perjuicio para personas físicas y también empresas y firmas afectadas.
Finalmente, con la acumulación de las prueba, el Juzgado Federal de Campana, a cargo del Dr. Adrián González Charvay, junto a su Secretario Dr. Felipe Scagliotti, dispusieron los allanamientos de los domicilios de los integrantes y un departamento ubicado en la localidad de San Miguel, que oficiaba como oficina para la confección del material y la realización virtual de las estafas, procediendo a la confiscación de todos sus bienes, valuados en cifras millonarias.