Tras el ataque a pedradas que sufrieron varios conductores en la Panamericana, crece el reclamo para que haya más seguridad en la zona.
Es que en los últimos días se multiplicaron los casos de personas que terminaron con los parabrisas y ventanas laterales estalladas, maniobra que se presume llevan adelante delincuentes con la intención de robar.
La zona donde se registraron la mayoría de los incidentes es a la altura del Km 31, en la bifurcación de los ramales Pilar y Campana de la Autopista.
Uno de los afectados fue un transportista escolar pilarense quien, tras el hecho, reclamó más seguridad para poder circular tranquilos.
En una entrevista que concedió al programa radial Agenda Propia, de FM Estudio 2(105.9), Carlos Figueroa relató que el pasado sábado por la noche regresaba al distrito con un contingente perteneciente a una Iglesia.
Al llegar a la bifurcación de los ramales notó que sobre la calzada había una cubierta de camión que entorpecía el paso.
“Me desplacé hacia un costado para eludirla y cuando quiero retomar mi carril siento un estallido de un vidrio de mi vehículo del lado derecho”, dijo el transportista.
Crecen los ataques a pedradas a conductores en la Panamericana https://t.co/PdPbvprqY4
— Pilar de Todos (@PilarDeTodos) October 20, 2021
El impacto le provocó heridas leves a una persona que iba sentada en el vehículo, por lo que Figueroa decidió detenerse unos 50 metros más adelante.
“En ese momento, vi que pasando el puente había sentada una persona. Me dirigí hacia él y muy hábilmente cruzó el acceso, saltó el alambrado del medio y se perdió en el barrio que está allí al costado”, agregó el hombre, de la firma Norbus.
En el caso de Figueroa, el hecho no terminó en un robo pero sí en un acto de vandalismo.
Frente a lo sucedido, el hombre cuestionó que en la zona “no hay nada de seguridad para que uno pueda estar tranquilo en la Autopista”.
La sorpresa de Figueroa fue cuando decidió trasladarse a la zona del peaje en busca de resguardo.
“Ahí me encontré que dos colectivos de la línea 203 y dos de la 57 y 6 autos particulares habían sido apedreados de la misma forma”, se lamentó Figueroa.
En su descargo, el transportista se quejó porque “Autopistas no se hace cargo”. De hecho, ese día, consignó Figueroa, “no tomaron ningún dato y ni siquiera llamaron a una ambulancia”.
“Es un desastre. El peaje te lo cobran como a cualquier hijo de vecino, pero sobre la Autopista uno se tiene que arreglar como puede”, lamentó.