Por la crisis económica y los constantes aumentos en las cuotas, unos 8.000 alumnos de Pilar debieron dejar la escuela privada y pasarse a la pública.
Así se desprende de un relevamiento realizado por la ONG Defendamos Buenos Aires, que detalla una baja del 8% en las matrículas de primarios y secundarios en Capital y el Conurbano, sobre una matrícula total de 1 millón de alumnos.
Pilar, además, es el distrito de la provincia con mayores índices de bajas.
‘La información brindada por las distintas cámaras de los establecimientos escolares de gestión privada, primarios y secundarios, permite establecer que en Capital Federal y Provincia funcionan 3.200 establecimientos educativos privados. A esos 3.200 colegios concurren poco más de 1.000.000 de niños y adolescentes, es decir que el ciclo lectivo de 2019 ha dado comienzo con la pérdida de nada menos que el 8 % del total de todos los escolares que concurren a establecimientos privados”, precisó Javier Miglino, titular de la ONG.
Defendamos Buenos Aires añadió que la situación “seguramente se traducirá en el cierre de colegios y el despido de maestros, profesores y auxiliares de la educación merced a este importante achicamiento en el número de alumnos inscriptos”.
La “Encuesta de Educación Privada para la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense” fue realizada durante enero, febrero y marzo de 2019, previo al inicio del ciclo lectivo actual.
“En este trabajo en particular hicimos especial énfasis en cuántos chicos de 6 a 17 años a causa de la crisis y la recesión tuvieron que dejar la escuela privada a la cual concurrían”, señaló Miglino.
En Provincia los tres distritos que acusan los descensos más pronunciados en la matrícula escolar privada, tanto a nivel primario como secundario, fueron: Pilar (-7.878 alumnos), Morón (-5.354 alumnos) y San Justo (-5.156 alumnos).
Además, se destacan las caídas de Lomas de Zamora/Banfield (-1.212 alumnos), Lanús (-880 alumnos), Adrogué (-978 alumnos), Temperley (-656 alumnos), Barrio San José (-112 alumnos), Avellaneda (-1.080 alumnos) y Ramos Mejía (-1.120 alumnos).
“(El cambio implica) no sólo una decisión económica en el interior de las familias sino también la pérdida de compañeros, amigos y afectos, colocando a los padres en el difícil papel de tener que ser ellos mismos, los encargados de dar la mala nueva sobre un cambio de escuela no buscado ni deseado”, cerró el titular de la entidad.
La misma ONG ya había advertido semanas atrás que por la situación económica unos 6.000 pilarenses habían tenido que abandonar la medicina prepaga.
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