Quienes hoy llevamos adelante la gestión en el CAPBA5 somos profesionales que debimos afrontar decisiones dentro de nuestro Distrito. Como autoridades de la Institución, impulsamos propuestas hacia el Consejo Superior, aportamos proyectos para acompañar a la matrícula en este momento de incertidumbre, cuestionamos medidas provinciales procurando proteger a la matrícula ante una nueva normalidad impuesta por la pandemia que vivimos a partir del mes de marzo y vimos con preocupación la crisis que atraviesa la totalidad de la matrícula en particular, y el sector de la construcción en general.
Fuimos los primeros en detener la atención personalizada pero también los primeros en solicitar los protocolos y medidas preventivas a tomar para la apertura de las delegaciones. Gran parte de la provincia mantiene las delegaciones cerradas y el CAPBA5 logró, gracias al constante vínculo con los municipios, que la mayoría de las 13 Delegaciones que el Distrito tiene entre los 22 partidos que lo componen, comiencen la atención al profesional permitiendo de esta manera, que parte de las tareas de nuestro ejercicio profesional puedan avanzar y cumplimentar los requisitos para con la presentación de expedientes municipales.
Todo el sector se encuentra sumido en la agobiante incertidumbre de no saber cuándo se podrá volver a su plenitud. La reactivación, sobre todo para los profesionales independientes, se hace necesaria ya que es uno de los más afectados en términos de paralización de las actividades y sabemos muy bien que después de casi 6 meses y sumado a que los costos de ejecución se dispararon al estirarse los plazos, rompió con la inercia del círculo virtuoso de la construcción. Para la reactivación se requiere de un primer paso y volver al trabajo con una propuesta de protocolo compatible es un inicio. La construcción es una actividad habituada a los protocolos de seguridad estrictos y la naturaleza misma del trabajo es compatible con el distanciamiento, los espacios ventilados y los demás cuidados preventivos.
Existe un protocolo específico para la construcción y para la actividad profesional en si misma, ya desarrollados y en aplicación. La obra pública está de hecho permitida y funcionando en la provincia con aceptable éxito, siendo ejecutada por muchos de los mismos actores del sector empresarial y de la provisión de insumos, en condiciones que se emparentan.
No puede obviarse la trascendencia económica y el efecto multiplicador de la actividad, necesitamos que la voz de quienes integramos la industria de la construcción se encuentre fortalecida, potenciando las coincidencias y minimizando las diferencias, respetando los diversos roles y entendiendo las urgencias que se viven en tan complejo sector productivo.
Por tal motivo instamos a nuestras autoridades colegiales provinciales a que pongan en agenda este tema e intercedan ante el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y por este ante los Intendentes para que la obra privada sea excluida del aislamiento social preventivo y obligatorio mediante la ampliación del listado marcado en la Decisión Administrativa 450/2020 (actividades y servicios declarados esenciales en la emergencia) y a su vez solicitamos se declare la emergencia para el sector, lo cual redundaría en incentivos impositivos y créditos blandos para sobrellevar la pandemia y reactivar a uno de los sectores productivos que más tracciona en la sociedad.
Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires
Distrito 5