Tal como se lo propuso, Leandro Reymundo logró ver flamear la cuadriculada. El volante local llegaba de abandonar en la primera cita del año, por lo que el segundo desafío en La Plata sería el ideal para tomarse revancha.
El inicio de la actividad en el Roberto Mouras fue complicado. Una falla en la bomba de nafta y un cortocircuito en el sistema eléctrico, impidieron el buen desempeño del Chevrolet preparado por el mecánico santafesino Carlos Malagoli en la clasificación.
Después de un arduo trabajo de todo el equipo, la Chevy N°54 volvió a salir a pista para el desarrollo de la serie. Escalando varias colocaciones, Reymundo llegó a posicionarse entre los puestos de punta, pero un nuevo problema aparecía.
Un toque con Alejandro Ortega en el curvón lo relegó hacia el fondo otra vez. De ahí en más, luchó contra viento y marea para conseguir el sexto puesto. Con el auto un tanto dañado producto del choque en la batería, el pilarense se lanzó a la final.
Largó 11° y a pesar de la falta de velocidad que disminuía cada vez más con el correr de las vueltas, aguantó hasta el último minuto para ver la línea de meta desde la 8° posición.
“Arrancamos complicados por la falla eléctrica. Habíamos hecho los entrenamientos con normalidad, pero algo no estaba bien.  El equipo trabajó hasta el último minuto ya que en la serie sufrimos un toque que me tiro afuera y que nos perjudicó mucho”, comentó el volante local. “En la final pensé en meterme a boxes y ver como seguíamos. Pero en ese momento salió el pace car, que me ayudó a poder avanzar durante los últimos giros”, añadió.
“No sé si llegábamos para el podio, pero estoy seguro que si la falla no aparecía, entre los cinco nos metíamos. Afortunadamente el auto anda bien, lo que nos permitió sumar nuestros primeros puntos en el campeonato. Por supuesto que desde que llegamos, nos pusimos a trabajar para poder llegar aún mejor para la próxima fecha”, concluyó.