La segunda ola de covid-19 sigue golpeando con fuerza en Pilar y ante el panorama crudo que se avecina los profesionales de la salud hacen un pedido desesperado a la población para que extreme las medidas de cuidado y así evitar contagiarse.
El pedido además apunta a no llegar a una situación de colapso sanitario, con hospitales y clínicas que ya viven el aumento al máximo de la cantidad de internados a lo que se suma el estrés de médicos, enfermeros y terapistas.
Desde el Hospital Sanguinetti, Gabriela Villasur, quien se desempeña en la Terapia Intermedia, contó cómo se vive la pandemia dentro del nosocomio y relató la historia de una foto desgarradora que inmortaliza el difícil momento que atraviesan.
En la imagen se la puede ver recibiendo el abrazo y la contención de un compañero después de haber tomado la difícil pero necesaria decisión de intubar a un paciente.
Esa foto Gabriela decidió compartirla en sus redes sociales. “Fue después de un momento muy tenso que se vivó en la sala con un paciente de 62 años que hubo que decidir rápidamente entubarlo, dormirlo y conectarlo al respirador para salvarle la vida. Hasta hacía unos minutos habíamos estado charlando con él explicándole lo que teníamos que hacer. Por momentos uno se afloja, se me cayeron un par de lágrimas y mi compañero me abrazó”, le contó la profesional a Pilar de Todos.
Quien la contiene es el Jefe de Kinesiología, José Corapi. Ambos, junto al resto del equipo médico luchan a diario con situaciones donde deben tomar decisiones rápidas y más en estas últimas semanas donde advierten además que son mucho más jóvenes los pacientes que ingresan con formas graves de covid-19.
“Ha bajado la edad de los internados, nos toca muy de cerca porque son pacientes que por ahí son más chicos que uno o de las mismas edades. Nosotros estamos acostumbrados a trabajar de cerca con la muerte y con cuadros que evolucionan mal, pero lo que estamos viendo es que cada vez estamos internando pacientes más jóvenes, muy graves y con una evolución muy torcida y con una mortalidad alta”, alertó Villasur.
Agregó que en el Sanguinetti les ha tocado ingresar pacientes de entre 30 y 45 años, un panorama muy diferente al del año pasado, donde la preocupación estaba puesta en adultos mayores.
“Al ser pacientes más jóvenes, eso genera mucho más presión, más angustia. Estamos pasando muchas horas adentro del hospital con cuadros cada vez más complejos, casi no vemos formas leves de la enfermedad”, se lamentó la médica y agregó que al ser evoluciones tan dinámicas también “es muy difícil trasmitirle el parte a las familias”.
“Nos comunicamos, les informamos que el paciente está estable pero en el transcurso de horas, volvemos a llamar para decir que se agotó, que hubo que pasarlo a terapia con respirador. Son situaciones de angustia. La gente a veces no entiende. Si les dijimos que estaba estable”, contó Villasur y agregó que hasta hay veces que ni siquiera hay tiempo para que los allegados visiten al afectado.
“Tenemos protocolos de visita para pacientes covid que se ponen graves. Intentamos, antes de dormirlos y conectarlos al respirador, darle un tiempo intimo a la familia. Pero muchas veces y por la gravedad del cuadro no hay tiempo para ese momento”, se lamentó.
En medio de un pequeño descanso, Villasur relató que constantemente se están haciendo derivaciones al tiempo que se sigue acondicionando el Hospital para la atención de pacientes covid. Pero al mismo tiempo, tienen una triste y angustiante sensación; la de que nada alcanza.
“Se está perdiendo la realidad de lo que pasa en los hospitales. La gente en la calle no lo ve y no tiene por qué saberlo. Pero se está subestimando mucho el covid. La gente sigue saliendo, cuando son básicas las cosas que hay que cumplir para que nos puedan ayudar. Mantenerse alejado de la
gente, con el barbijo puesto, ventilación, lavado de manos y evitar las reuniones. Que la gente empiece a cuidarse, a pensar en uno y a pensar en el otro, nos ayudaría un montón”, pidió la médica del Sanguinetti.
En cuanto al estado de ánimo del personal, Villasur relató que se encuentran “cansados, angustiados y con miedo”.
“Estamos muy agotados mentalmente y con miedo. El año pasado, el covid era algo nuevo, estábamos conociendo todo y cómo debíamos actuar, pero no era la situación que estamos viviendo hoy. No hubo un día este año igual al año pasado. Se están reforzando las guardias, nosotros pasamos las horas que hagan falta en el hospital, pero tenemos la sensación de que nada va a alcanzar”, expresó con preocupación.
“Vemos que la gente se reúne, o están amontonados sin barbijo y nos duele en el alma porque esos comportamientos son los que en unos días nos vuelve a abarrotar a nosotros de pacientes” completó.
Con suma preocupación Villasur bregó porque “las restricciones ayuden y bajen un poco los números”. De todos modos planteó: “todavía falta lo que viene y con la incertidumbre de ver que si esto sigue como estas últimas dos semanas, vamos a ver morir mucha gente. Pedimos que la gente se cuide”, cerró.