La vacuna Sputnik V que comenzó a producir el laboratorio nacional Richmond será, "en principio para el Estado argentino", afirmó hoy Marcelo Figueiras, presidente de la empresa.
"En principio son para el Estado argentino, mientras dure esta pandemia", aseguró el titular de la compañía, y agregó que "después tendremos que formalizar el resto de los contratos para cuando se termine la fase productiva".
Un día después de que ese laboratorio y el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) anunciaran que la Argentina se convirtió en el primer país de América Latina en comenzar la producción de la vacuna Sputnik, el presidente de la empresa consideró que "es una buena noticia que hay que transmitir con mucha prudencia".
Richmond, en una sede alquilada en Malvinas Argentinas, elaboró un primer lote de 21 mil sueros. Varios de ellos fueron enviados a Rusia para que se hagan los testeos de calidad. Un proceso para nada sencillo.
El material ya está en manos de científicos rusos y se cree que en unas tres semanas se emitiría un informe. De necesitar más ajustes, se volverán a producir más vacunas y a enviar a revisión otra vez a Gamaleya.
La producción a gran escala se hará en la planta que Richmond tiene en el Parque Industrial de Pilar, fábrica que será ampliada con una inversión de entre 70 y 100 millones de pesos.
En declaraciones a Radio con Vos, producidas por Telam, Figueiras reiteró que se espera comenzar en junio con la producción de un millón de dosis "si está todo bien", para luego "escalar hasta cinco millones".
Y agregó que este logro se debe al “trabajo serio de muchos científicos y científicas de nuestro país que están a la altura de la ciencia del mundo y son capaces de desarrollar y aportar cosas como lo estamos haciendo acá”.
Figueiras aseguró que tienen una capacidad productiva de hasta 5 millones de dosis, tanto del primer como del segundo componente, pero que comenzarán con un millón “y si todo va bien están listas en junio seguramente”.
Para poder cumplir con este plazo, el empresario espera contar con los elementos: “precintos, frascos, tapones”, que, si bien aseguró que ya tiene “garantizado el envío”, advirtió que “las garantías durante las pandemias están muchas veces sujetas a imprevistos y sobredemandas”.
Sobre las dos etapas del proceso de producción de la vacuna, el empresario argentino explicó “que son muy definidas”.
“Una es la producción local (en Buenos Aires), que es la inmediata, que consiste en formular, filtrar y envasar el principio activo que se envía desde Rusia”.
En esta etapa, explicó Figueiras “también se involucra la transferencia de tecnología” y señaló que el control analítico se hace en paralelo con el Instituto Gamaleya.
Además, observó: “Es un proceso continuo. No es que mañana te aprueban o te reprueban. Es todo un proceso de transferencia que vas trabajando en conjunto”.
En cuanto a la otra parte del proceso, que sería la inicial, el dueño de Richmond indicó que “por ahora hasta que hagamos la nueva planta, se está haciendo en Moscú, donde se completa la cadena de valor con el fermentado”.
Figueiras espera que una vez que su empresa termine la construcción de su nueva planta “puedan completar el ciclo completo y ser independientes en el proceso de producción, pagando el rol correspondiente al inventor de la vacuna, en este caso al Instituto Gamaleya”.
En cuanto al precio, "será el mismo" que el actual, y recordó que "no vamos a negociar con el Gobierno, sino con el Fondo (Ruso)".
El primer lote de vacunas Sputnik V de producción nacional fue enviado al Centro Gamaleya donde se realizará el control de calidad de las mismas.