El 1 de enero de 2019 fue la última vez que la vieron. Ester Ríos, de 71 años y vecina de Villa Rosa, desapareció de un día para otro sin dejar rastro alguno.
Su hijo, Gustavo Fabián Guzmán, de 50 años y con quien compartía la misma vivienda, comenzó a responder con evasivas o de manera contradictoria. Que estaba de vacaciones, que se había ido a visitar a una conocida a Escobar, que se había trasladado a Entre Ríos a cuidar a un familiar, o que incluso estaba en un hogar de ancianos, eran algunas de las respuestas que daba Guzmán cada vez que los sobrinos o la hermana de Ester indagaban.
Hasta que Guzmán, también de un día para otro, desapareció. “Creemos que la llevó a un hogar de ancianos y la dejó allí para cobrar la jubilación, porque él era apoderado. No queremos pensar lo peor”, decían el año pasado los allegados a Ester, cuando decidieron hacer público el caso.
Sin embargo, la posibilidad de un asesinato siempre estuvo en sus mentes. Hecho que comenzó a tomar fuerza cuando la policía, luego de las reiteradas denuncias que realizaron, revisó la casa y encontró varias pertenencias de Ester, incluso su DNI y la dentadura que usaba.
Días más tarde, perros de la división Caninos de Escobar y Pilar rastreaban el predio donde se ubicaba la finca, sobre la calle Manzone y De la Cárcova, e incluso se realizaron excavaciones en el terreno. “Había movimientos de suelo, pero no se encontró nada”, señalaban los allegados a Ester a mediados del año pasado.
Guzmán estaba desaparecido desde abril del año pasado, pero la Justicia libró una orden de detención en noviembre de 2019.
Según señalaron fuentes del caso, la jubilación de la mujer, de 12 mil 700 pesos correspondientes a enero, febrero y marzo de 2019, fueron percibidas por Guzmán sin su madre. Desde abril de ese año no pudo volver a cobrar ese haber, debido a que estaba vencido el certificado de supervivencia.
La hipótesis del fiscal del caso, Gonzalo Acosta, es que Guzmán asesinó a su madre y luego hizo desaparecer el cuerpo. El hombre, acusado de homicidio agravado por el vínculo, fue detenido esta semana en la Ciudad de Buenos Aires, donde se escondía.
“Queremos saber qué le pasó a mi hermana, no sabemos nada ni tenemos notificación de la Justicia. No sabemos si está viva, muerta, o qué pasó con el cuerpo”, contó Angélica Ríos, hermana de Ester, a Pilar de Todos.
“Yo tenía contacto con mi hermana todos los días por teléfono, y cada dos días venía a mi casa. Pero desde un día para otro, siempre el que atendía era él (por Guzmán) y me decía que mi hermana estaba en Entre Ríos, luego que se fue a cuidar a un familiar a Entre Ríos, pero todo era mentira. Quiero saber qué le pasó a mi hermana; nosotros confiábamos mucho en ese choco, no podemos creer lo que está pasando, es aterrador”, cerró.