Carolina Quiróz vive en el barrio Río Luján y su caso se suma a una lista interminable de personas que esperan poder sortear la burocracia y los laberintos administrativos para poder darle una mejor calidad de vida a los suyos.
Carolina es la mamá de Josefina, una niña que padece de parálisis cerebral, y que por su condición también sufre un cuadro de desnutrición crónica severo.
Con 4 años, la niña no supera los 7 kilos de peso y para poder alimentarse, debe ingerir una leche especial (Vital Kas 1000) que cuesta unos 800 pesos cada lata de 400 gramos.
Desde que diagnosticaron a Josefina, su mamá intenta que le otorguen a la niña una pensión por discapacidad.
Recuerda que inició los trámites en el Centro de Atención Local de la Comisión de Pensiones Asistenciales que queda en Grand Bourg. Pero la gestión nunca avanzó.
"Conocimos que Jose tenía desnutrición crónica severa a sus 6 meses de vida, cuando comenzó a incorporar los alimentos sólidos. Lo máximo que llegó a pesar fueron 8 kilos cuando tenía tres años. Para nosotros fue un milagro que llegue a ese peso", relata Carolina en diálogo con Pilar de Todos.
Tras no conseguir resultados en Grand Bourg, la mujer relató que el año pasado llegó a su casa un grupo de médicos junto a una asistente -dice Carolina - perteneciente al Municipio de Pilar.
"Ella se ofreció para presentar la documentación de mi nena en Grand Bourg. Le di todo lo que precisaba, pero luego me enteré que pasado un tiempo esta mujer dejó de trabajar. Yo no sabía qué hacer, había perdido todos los papeles de mi hija. A la mujer no la volví a ver, y todo volvió a quedar en la nada, por lo que de la pensión no supe nada más", se resigna Carolina, quien al estar 100% dedicada a la asistencia de la niña no puede conseguir un empleo.
El derrotero de Carolina continuó no sin mejores resultados en la ANSES, en donde también se encuentra con trabas para lograr que le otorguen la asignación que le corresponde.
Ella, cuenta, tramitó una Asignación por Hijo con Discapacidad, pero en ese organismo le informaron que su hija no figura como discapacitada, por lo que le otorgan una Asignación por hijo, cuyo monto es menor a la que le corresponde.
"Fui a reclamar a ANSES y me dijeron que en el sistema dice que mi nena no tiene discapacidad. Presenté los papeles correspondientes, pero lo único que logré es cobrar como si fuera para un hijo sin discapacidad", dice la mamá de
Josefina que hasta el momento depende de la solidaridad de la gente y la ayuda que pueden acercarle sus familiares para que a la niña no le falte la leche que debe ingerir cada tres horas.
En ese contexto, ayer se acercó hasta su domicilio el equipo social que encabeza la concejal Inés Ricci. Enterados de la situación le acercaron varias latas de leche, una silla de ruedas postural y varias sondas y jeringas.
En el Municipio tampoco halló respuesta a su necesidad. Carolina dice que en la Comuna están al tanto de su caso. De hecho le informaron de la posibilidad de acceder a asistencia con bolsones de alimentos.
"Fui al lugar donde se hacen las entregas, pero no había de la leche que ella precisa. Sí o sí, debe ser Vital Kas 1000 porque cualquier otra su cuerpo no la tolera. No me acerqué más porque la leche que entregan no sirve para ella", se lamenta.
En medio de tanto laberinto, la niña, además espera poder recibir una intervención quirúrgica para que le coloquen un botón gástrico - debido a su imposibilidad de alimentarse por boca -.
La esperan para cirugía en el Hospital Garrahan, sin embargo, tal como le informaron los médicos, para poder ingresar al quirófano Josefina debe llegar a los 16 kilos de peso.
Frente a tanta adversidad, un Estado que no acompaña con la urgencia que amerita éste y otros casos, Carolina tiene una sola cosa clara: "Jose es una guerrera que se aferra con todas sus fuerzas a la vida".
Ojalá así lo entendieran quienes ocupan cargos con poder de decisión.