Martes, 12 Marzo 2019 20:02

Le desvalijaron la tienda de ropa y teme no poder volver a levantar la persiana del local

Ocurrió en San Alejo. Ladrones se llevaron indumentaria y dinero tras ingresar por un ventiluz. Es la segunda vez que el comercio es atacado. 

Un local de ropa fue desvalijado por delincuentes que ingresaron al lugar en plena madrugada tras romper un ventiluz.

El hecho se registró en la reconocida Tienda "Roma" que está ubicada en la calle Penna al 500 del barrio San Alejo, de Pilar.

Según relató la dueña de la tienda, Marisa Trinidad, los delincuentes habrían actuado con total tranquilidad logrando sustraer indumentaria, mayormente masculina, que recientemente había sido adquirida para ser vendida en la temporada de invierno.

Los ladrones también se llevaron unos 700 pesos que habían quedado en la caja.

"Cuando llegué esta mañana, como todos los días, a abrir el local ví que los estantes estaban todos vacíos. Me habían robado. Se llevaron camperas, pantalones de jean, zapatillas. Me dejaron todo casi vacío", se lamentó Trinidad en diálogo con Pilar de Todos.

La mujer, que debe reunir todos los meses el dinero para abonar el alquiler del local (unos 7200 pesos), detalló que ya radicó la denuncia en el Destacamento de Agustoni y al mismo tiempo se mostró preocupada por no saber si podrá mantener levantada la persiana de la tienda tras el robo.

"El año pasado también me robaron. Pensé que no iba a volver a suceder, me confié y no puse una alarma. Recién me estaba reponiendo de ese robo y ahora me sucedió otra vez. Quiero seguir, no quiero cerrar el local", se lamentó la víctima del robo en el medio de su angustia al ver el local desvalijado.

Tras el atraco y pese al golpe anímico, Marisa decidió este martes abrir las puertas de "Roma".

"Va a ser muy difícil, yo trabajo con la gente del barrio. A muchos de ellos les he dado fiado para que puedan llevar los guardapolvos o zapatillas para que sus hijos empiecen las clases. Iré reponiendo lo que me sacaron", se alentó la mujer.

Durante la tarde, Marisa relató que fueron muchas las demostraciones de afecto y que recibió de sus vecinos.

Su hija, Eve, también lamentó el hecho. "Se pone mucho sacrificio, horas de trabajo, momentos que se pierden por estar sacando adelante el negocio, y vienen unos hijos de su santa madre y te arrebatan todo en segundos".

"Puedo asegurarles que si hay alguien que no merece esto es mi mamá. Nadie sabe cuanto ayudaba. Hay gente que se llevaba ropa anotada y ella no pedía recibos, solo confiaba en la palabra de la persona. Hoy es "Roma de San Alejo"; mañana seguramente va a ser uno de ustedes porque estas lacras no tienen códigos", relató.

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