Bronca, dolor e indignación causó la liberación bajo fianza del conductor que atropelló y mató a una oficial de policía de Pilar.
Así lo vivió la familia de la víctima, Érika Perezlindo, de 25 años, madre de 2 pequeñas hijas de 4 y 7 años.
Fue luego de enterarse de la libertad otorgada a Gabriel González, de 33 años, quien a bordo de un Volkswagen Golf, y con 1,99 gramos de alcohol en sangre, embistió a dos agentes en la Panamericana, cuando ordenaban el tránsito el pasado 19 de noviembre.
"No puedo entender por qué hicieron esto. Sinceramente, estoy triste, con mucha bronca porque hace 15 días falleció mi hija y él (por el conductor) está libre", se lamentó la madre de Érika, Alejandra Valdés, en diálogo con el Diario Resumen.
Liberan al conductor que atropelló y mató a una oficial de policía
“Yo sigo llorando a mi hija, pero él está libre. Siento que la vida de una persona no vale nada, no le encuentro el sentido a esta decisión que tomaron. Su familia lo podía ir a abrazar. Yo a mi hija la tengo enterrada, la tengo que ir a ver a un cementerio”, añadió.
Alejandra, además, contó que la niña más pequeña de Érika aún piensa que su madre está internada en el hospital, y que pronto volverá.
"¿Cómo uno puede explicarle a esa criatura que su mamá no va a volver? Es un dolor inmenso. Él está libre, y mi hija ya no está conmigo. Esto podría pasar de nuevo, manejó borracho, intentó escaparse en el auto, luego escapó a pie. Él estaba consciente de lo que había hecho”, concluyó Alejandra Valdés.
González recibió el beneficio de la libertad, al considerar la Fiscalía que no era necesario pedir la prisión preventiva, y luego de fijar el pago de una fianza.
González, de todos modos, seguirá imputado por el delito de homicidio culposo, agravado por el uso de un automóvil.