Están organizadas y desde hace varias semanas vienen alzando la voz para reclamar mejores condiciones de atención en salas de salud y hospitales del distrito.
Ellas pertenecen al colectivo travesti – trans y a ese pedido le sumarán esta semana la exigencia para que también se cumpla la ordenanza municipal de cupo laboral que obliga a que el 1% de los empleados de la Comuna sean mujeres trans.
Este miércoles visibilizaron las problemáticas que deben afrontar con una movilización que se dirigió hacia el Centro de Salud de la localidad de Presidente Derqui.
Es que ahí, Mónica Aguirre – integrante del colectivo y perteneciente al movimiento Libre Diversidad – denunció que una médica le negó atención por ser trans.
Mónica había llegado al centro asistencial con fuertes dolores abdominales y tras no lograr una buena atención allí, decidió ir al Hospital Sanguinetti, donde según denunció públicamente, tampoco recibió la asistencia adecuada.
Terminó en una clínica privada donde la operaron de una peritonitis.
Tras ese hecho que, tal como describen, no es el único, es que exigen que en el sistema de salud se creen los “consultorios inclusivos amigables” con personal médico que reciba capacitación para atenderlas.
“Tenemos derechos y merecemos un trato digno. El Estado nos tiene que garantizar que ningún otro integrante del personal médico repetirá el accionar de negarnos atención”, pidió Aguirre en la puerta del centro de salud.
En el reclamo, el colectivo trans contó con el acompañamiento de la dirigente del MST, Vilma Ripoll junto a representantes locales de Juntas y a la Izquierda.
Ripoll apoyó el reclamo y enfatizó que “las situaciones por las que pasa la comunidad trans se tienen que terminar”, al tiempo que remarcó que por estar expuestas a diferentes riesgos “tienen un promedio de vida de 36 años”.
La mayoría de las trans, ante la falta de puestos de trabajo, se ven obligadas a volcarse a la prostitución y es ahí donde afrontan diferentes peligros, como el que le tocó vivir a Priscila, una joven de 27 años que fue brutalmente golpeada y robada por un hombre que había solicitado sus servicios en el centro de Pilar.
“Si no se abre el cupo laboral trans, las compañeras tienen que prostituirse, viven episodios de violencia y cuando llegan a las salas de salud las siguen maltratando”, se quejó Mónica.
A sus palabras se sumó Ripoll quien subrayó que “hay que reconocer que lo que ellas quieran ser, es un derecho y no por eso deben morir”.
“La discriminación, en estos casos, tiene riesgo de vida”, cerró Ripoll.