La Policía Bonaerense desmanteló una banda que operaba desde hace tiempo en la venta de autos robados.
El grupo, liderado por un hombre que se encuentra actualmente cumpliendo condena en la cárcel de Sierra Chica, coordinaba los robos y la posterior comercialización de los vehículos en el litoral argentino.
El operativo incluyó un total de 31 allanamientos, entre los que se destacaron acciones en Pilar, pero también en Córdoba, Chaco, dos penales en Merlo y Lomas de Zamora, y varias localidades bonaerenses como Almirante Brown, Esteban Echeverría, Escobar, y Mar del Plata.
Las investigaciones se iniciaron el 12 de junio, cuando cinco personas fueron arrestadas en el barrio 9 de Abril, tras ser descubiertas manipulando un vehículo para cambiar sus identificaciones originales utilizando herramientas especializadas.
En el lugar, se incautaron piezas de un Volkswagen Amarok y un Fiat Cronos, ambos con pedidos de secuestro vigentes, además de teléfonos celulares que proporcionaron valiosa información para el avance de la investigación.
El fiscal Fernando Semisa, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Esteban Echeverría, determinó que la red criminal estaba compuesta por al menos 19 personas más, todas involucradas en diversas fases del delito.
Algunos robaban los autos usando inhibidores de alarmas, otros falsificaban los papeles para venderlos, y un tercer grupo se encargaba de transportarlos utilizando camiones mosquito hacia distintas provincias, principalmente del interior del país.
La investigación permitió descubrir que, una vez robado el vehículo, lo trasladaban a una propiedad perteneciente al clan delictivo, donde lo mantenían oculto hasta obtener nuevas patentes y documentación falsa a través de gestores que colaboraban con la banda. Luego, los autos se comercializaban con carpetas armadas para darles apariencia de legalidad.
Los autos robados, muchos de ellos de alta gama, eran sustraídos principalmente en el Gran Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sin embargo, ante la falta de capacidad para seguir ocultando y modificando los coches, la organización comenzó a venderlos por partes.