Vecinos de las dos termoeléctricas ubicadas a la vera de la Ruta 25, en Villa Rosa en límite con Matheu; siguen insistiendo en el impacto negativo que éstas tienen en el ambiente.
Esta semana, tomaron un video en el que registraron el sonido, dicen, ensordecedor que generan parte de las turbinas en una prueba que se realizó.
“El video lo grabó mi marido cuando iba a buscar a mis hijos al colegio. Tenemos que pasar por ahí todos los días. Ese ruido entendemos que va a ser continuamente, prendieron solo algunas de las turbinas. Es como si estuvieses por tomar un avión y escuchas el ruido penetrante de las turbinas. Anoche no se pudo dormir porque además hubo una vibración terrible”, explicó Lorena Martínez, vecina de Campo Grande, urbanización ubicada a 1 kilómetro de las termoeléctricas.
Esta vecina señaló que “la gran mayoría de los vecinos están asustados y preocupados; el impacto visual hasta es anecdótico”.
Una de las mayores preocupaciones es el uso del agua de esta industria, unos millones de litros diarios que podrían ser extraídas de las napas, que podrían secarse, y por otro lado inundaciones del arroyo Burgueño.
“El agua que use la empresa después la va a drenar caliente, y creo yo que contaminada, al arroyo Burgueño que va a crecer en un 70% en su caudal. Con lo cual se van a inundar mucho más que hoy. Además, las chimeneas no tienen altura suficiente y en la primera lluvia tenés una lluvia ácida; sumado a los vapores complejos que pueden ocasionar enfermedades. No hay partes buenas en las termoeléctricas”, continuó.
Otras de las preocupaciones de los vecinos radican en los enormes tanques para el acopio de combustible y en posibles explosiones. Además, insisten en la realización de una audiencia pública para que se explique los alcances de esta industria de categoría 3, de las más contaminantes, que buscan inyectar unos 500 megavatios de energía a la red de Edenor.
“No se hizo la audiencia porque en un ítem dice que si consideraba oportuno debía hacerse pero ellos consideraron que no era oportuno y nos enteramos cuando la estaban instalando”, sostuvo Ana Torta, integrante de la Junta Vecinal de Villa Rosa.
Y siguió: “El Municipio se escuda en que hay una emergencia eléctrica pero también hay emergencia ambiental de la que no estamos hablando”.
Por su parte, Verónica Gómez, vecina Villa Rosa y docente de escuelas cercanas a las termoeléctricas; agregó: “Los ruidos y sonidos son las primeras consecuencias, después vamos a ver otras como el uso del agua. Es peligroso que este ubicada allí, entendemos que hay una emergencia pero no puede estar ubicada en pleno centro, es tremendo”.
Desde el Municipio, en tanto, siempre sostuvieron que las termoeléctricas están instaladas bajo los "más altos estándares medioambientales" y que en el caso del uso del agua la misma se "recicla permanentemente dentro de un mismo circuito por lo que no hay riesgo de secado de napas".