Tras catorce años, cierra un reconocido negocio de Presidente Derqui "MiniOnce", en Derqui, se suma a la lista de negocios que bajan las persianas en el distrito.
Viernes, 05 Octubre 2018 00:51

Tras catorce años, cierra un reconocido negocio de Presidente Derqui

Mini Once, dedicado a la venta de ropa, bajará las persianas en los próximos días. La caída en las ventas, la competencia desleal con los manteros y los cambios en los costos del alquiler llevaron al dueño a tomar la decisión.


El mensaje pintado con letras blancas “Liquidación total por cierre” es un presagio de lo que va a suceder en los próximos días.

Se trata del local “Mini Once” ubicado en la estación del ferrocarril San Martín de Presidente Derqui que bajará las persianas tras catorce años.

La caída de las ventas, la competencia desleal con los manteros y los cambios en el costo del alquiler impulsaron al dueño, Hugo Furlano, a tomar la decisión.

“Es muy difícil. Pero es una decisión que nos vimos impulsados a tomar. La caída de las ventas es un factor que no se puede ignorar, el país está en un momento raro, más la presencia de los manteros que uno entiende que tienen que vivir pero no pagan impuestos y las modificaciones en los costos del mantenimiento del local nos han llevado a tener que cerrar”, expresó.

“Dejamos a tres personas sin trabajo en un contexto difícil en general. Además la gente del Ferrocarril pretende realizar unas modificaciones para mejorar la vista de la estación lo que implicaría una inversión que recién daría resultado a largo plazo (dos o tres años) y habría muchas variaciones en el costo del alquiler. Todo eso hace que el negocio dentro de poco, deje de existir”, agregó.

Mientras habla, la voz se le quiebra de a poco, Hugo no puede disimular la angustia que le genera abandonar el negocio después de tanto tiempo y vuelve a insistir con las condiciones de trabajo que hay en Presidente Derqui y en la Argentina.

“Uno no le puede echar la culpa a los manteros solamente. Son personas que, al igual que nosotros, intentan ganarse el mango y están en todo su derecho. Lo que siento es que deberíamos tener una ciudad y un país que nos dé oportunidades y nos permita vivir dignamente a todos”, aseveró.

La gente pasa y mira la ropa entusiasmada por las ofertas. Hugo habla con tranquilidad. Parece que toma el cierre del negocio después de catorce años como algo natural.

Y cuando proyecta el futuro ya sin responsabilidad de mantener el negocio, la mirada se le pierde y los ojos se ponen vidriosos.

“Indudablemente es un cambio de vida. Me genera mucha angustia. Un pedazo de mí se queda en el local. Catorce años es mucho tiempo. Veré de ahora en más que hacer”, concluyó.

Ya le quedó nada más por decir. Se dio vuelta y volvió a entrar al negocio. Ese que construyó con años de esfuerzo y que, más temprano que tarde, será solo un local vacío. Aunque lleno gratos recuerdos.

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