Lunes, 19 Octubre 2020 13:07

"Hablar sobre el cáncer sin miedo"

Por Mag. Silvina Estrada, subdirectora de la Especialización en Enfermería Oncológica de la Escuela de Enfermería de la Universidad Austral, Mag. Silvina Estrada.

Aunque se ha avanzado mucho en los métodos de diagnóstico y tratamiento, en los países desarrollados el cáncer continúa siendo una de las principales causas de muerte.

En Argentina, según las estimaciones de incidencia del Observatorio Global de Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de mama es el de mayor magnitud en cuanto a ocurrencia. Se diagnostican más de 21.000 casos al año, lo que representa el 17% de todos los tumores malignos y casi un tercio de los cánceres femeninos, según datos del Instituto Nacional del Cáncer Argentino.

Cuando es detectado antes de ser palpable, es curable en más del 98% de los casos. Se estima que el riesgo de padecer cáncer de mama a lo largo de la vida es de, aproximadamente, 1 en cada 8 mujeres (AECC). Es por ello que debemos ser conscientes de la importancia de la detección precoz y esto se logra con los controles regulares de una mamografía, que es una radiografía de la glándula mamaria con la que se pueden detectar lesiones aún no palpables. La mamografía ha demostrado reducir la mortalidad por cáncer de mama, por lo que es el estudio de elección para la prevención del mismo.

Las Sociedades Argentinas de Mastología y Radiología recomiendan la realización de una mamografía anual desde los 40 años, junto al examen físico de mamas, realizado por un profesional de la salud.

Cuando el cáncer provoca síntomas y alteraciones de la mama detectables en el examen físico, se pueden observar: retracción del pezón, cambios en la textura y el color de la piel, prurito o lesiones descamativas en el pezón.


¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de mama?

Es importante conocer algunos de los factores de riesgo, es decir, las condiciones que aumentan la probabilidad de tener cáncer de mama, y que están asociados con el estilo de vida. Hay dos tipos de factores de riesgo que influyen en la posibilidad de desarrollar cáncer de mama: los modificables y los no modificables.

Entre los no modificables se encuentran el ser mujer, la edad, la herencia genética y algunas características de la mama.

Por su parte, los factores que sí se pueden modificar, y en los que hay que trabajar ya que son la base de la prevención, son:

· La obesidad después de la menopausia: el riesgo aumenta cuando la ganancia de peso se produce a lo largo de la vida adulta.

· El sedentarismo y la falta de ejercicio físico, aumentan el riesgo entre un 6% y 13%.

· El consumo de alcohol. El riesgo aumenta alrededor del 10% en las mujeres que consumen 1 o 2 bebidas al día, en comparación con las no bebedoras, y hasta un 50% en las mujeres que consumen 3-4 bebidas al día.

· El consumo de tabaco. Estudios recientes sugieren que fumar antes de tener hijos (especialmente en la adolescencia) incrementa el riesgo de tener cáncer de mama.

· La utilización de terapia hormonal para los síntomas de la menopausia, sobre todo en tratamientos prolongados. No obstante, hay que resaltar que no todos los tratamientos tienen riesgo, por lo que se recomienda realizar la consulta con el ginecólogo.

Es fundamental educar para prevenir, y para eso es necesario que se pueda hablar sobre el cáncer sin miedo.

Hoy existen tratamientos que demuestran elevados índices de sobrevida. Pero la clave está en la detección precoz, y para esto resulta indispensable conocer sobre los factores de riesgo y los síntomas asociados, para acudir a la consulta de forma temprana.


Por Mag. Silvina Estrada
Subdirectora de la Especialización en Enfermería Oncológica de la Escuela de Enfermería de la Universidad Austral.

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