Nicolás Pachelo aseguró en su indagatoria por el crimen de María Marta García Belsunce que el periodista Jorge Lanata se enojó con él y prometió hacerlo "pelota" porque no aceptó en 2003 darle una entrevista.
A preguntas de la fiscal María Inés Domínguez sobre aquella entrevista que finalmente se frustró, Pachelo afirmó que fue el propio Lanata quien lo llamó. "Fue un llamado de él, en persona (Jorge Lanata), invitándome a su programa para hablar del caso", contó Pachelo, según la indagatoria a la que accedió Télam.
"En principio -continuó el acusado-, yo le dije que sí y, luego, cuando se lo comenté al doctor Ribas (su abogado) me dijo que no era buena idea porque él tiene la postura de, si se habla con los periodistas se habla con todos o con ninguno, porque si no, con los que no se habla se vuelven en contra".
Pachelo dijo que al segundo llamado, le contó a Lanata que su abogado no recomendaba hacer la entrevista y que entonces el periodista "se enojó".
"Me dijo de todo y me dijo que si no iba al programa, cuando hablen del caso me iban a hacer pelota. Yo le corté el teléfono", afirmó el imputado, quien a preguntas de la fiscal Domínguez, reconoció que no hizo ninguna denuncia por esto.
Lanata declaró como testigo durante la instrucción de la causa y contó que en esas charlas con Pachelo, el ahora acusado le había reconocido que la tarde del crimen de María Marta él había lavado prendas de vestir en su casa del Carmel con el lavarropas.
Este dato fue asociado por los fiscales con lo establecido por peritos criminalísticos que afirman que el autor del homicidio, por la cercanía que efectuó los disparos, tuvo que haber salido manchado de sangre de la escena del crimen.
Pachelo aseguró ser "inocente" y que no tiene "nada que ver" con el crimen de María Marta, al ser indagado ayer por primera vez como sospechoso de ese asesinato cometido hace 15 años en el country Carmel de Pilar, donde él también vivía.
"Dijo lo que viene diciendo hace quince años, que es inocente y que no tiene nada que ver con esta causa", dijo a Télam su abogado defensor, Roberto Ribas, al término de la audiencia que duró dos horas.
Pachelo (41) llegó pasadas las 9.30 a la sede de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Pilar sin tomar contacto con la prensa, oculto en el asiento trasero del auto de su abogado, que ingresó por un portón lateral del edificio judicial ubicado en calle Tucumán 501, esquina Ituzaingó.
El sospechoso fue indagado por los fiscales María Inés Domínguez y Andrés Quintana, quienes le imputan los delitos de "robo agravado y homicidio criminis causa", que prevén la pena de prisión perpetua. Las fuentes explicaron que, a pedido del abogado Ribas, de la indagatoria también participó el juez de Garantía 1 de San Isidro, Ricardo Costa, quien actuó prácticamente como un veedor y no le formuló ninguna pregunta.
Ribas contó que luego de que los fiscales leyeran la imputación en su contra, lo primero que dijo Pachelo fue que todo eso "es mentira" y luego les dijo: "Voy a hablar, pero no me interrumpan".
"En primer lugar, me declaro inocente al hecho que se me imputa. En segundo lugar, ya pasaron más de quince años de este crimen. Voy a tratar de ser lo más preciso posible, pero no sé si voy a poder dar con lujo de detalles horarios y precisiones de lo ocurrido" el 27 de octubre de 2002, "ya que para mí fue un domingo normal", dijo Pachelo.
También le aclaró a los fiscales que no iba a referirse a las causas por las que había sido condenado por robos en Capital Federal, ya que había "cumplido con las respectivas condenas" y entonces sí hizo un pormenorizado relato de todo lo que recordaba haber hecho el día del crimen.
Su relato coincidió, a grandes rasgos, con lo que ya había declarado en la causa como testigo, ya que dijo que al mediodía fue a jugar al fútbol a un torneo intercountries y que a media tarde -la cámara de seguridad lo tomó a las 17.34 entrando en su Ford Ranger- regresó a Carmel junto a su hijo mayor, Felipe, quien tenía entonces 7 años. "Permanecí aproximadamente una hora, una hora y media en mi casa, donde me bañé y me cambié. Y partí hacia Buenos Aires", señaló el imputado que quedó registrado saliendo de Carmel a las 18.59 en el Fiat Siena rojo de su entonces esposa, lo que lo ubica dentro del country al momento del crimen, estimado a las 18.30 por el forense que hizo la autopsia.
Aclaró que en Capital Federal pasó a buscar a su madre para ir al shopping Paseo Alcorta a comprarle un regalo a su hijo, luego buscó a su ex mujer, Inés Dávalos Cornejo (39), y a una amiga por un recital de Diego Torres en el Luna Park, dejó a la amiga en su casa, retiró a sus dos hijos menores en lo de sus suegros y volvió de noche al Carmel.
Respecto a los tres testigos -en aquel momento adolescentes- que aseguraron haberlo visto trotando cerca de María Marta cuando ésta volvía en bicicleta a su casa y minutos antes de que fuera asesinada, Pachelo dijo no recordar haberse cruzado con nadie y que lo deben haber visto cuando fue a buscar el auto de su esposa al Club House para ir en ese vehículo a Buenos Aires.
"No recuerdo haberlo hecho corriendo, ni de haberme cruzado a nadie en el camino. Una vez que busqué el auto, volví a mi casa, busqué a mi hijo y partimos juntos hacia Capital Federal entre las 18 y las 19", afirmó.
También descalificó al mozo de una estación de servicio de Panamericana y ruta 25 que lo comprometió al declarar que la mañana siguiente a la muerta de García Belsunce, Pachelo se presentó allí a desayunar y preguntó: "Che, ¿saben algo de la mujer que mataron en el country?", cuando a esa altura sólo se hablaba de una muerte accidental.
"Es absolutamente falso. Mi horario de arrancar el día era entre las 9 y las 9.30, nunca antes. Yo a esa estación de servicios iba poco y nada, así que no comprendo por qué el mozo me conocía con nombre y apellido", dijo.
También desacreditó el rumor de que él secuestró al perro labrador de la socióloga asesinada y como no recibió rescate lo regaló, al afirmar que con el cuidador de perros que declaró haber recibido de su parte un can idéntico él tenía "una pésima relación desde mucho antes de la muerte de María Marta". Además, dijo que con la víctima "jamás" tuvo relación, que al viudo Carlos Carrascosa lo trató "en dos o tres reuniones" por su función de tesorero en el country y negó ser usuario o tenedor de armas, aunque sí reconoció que alguna vez disparó con una carabina .22 cazando liebres en la tosquera que heredó de su padre.
Cuando uno de los fiscales le preguntó si habían hablado con su ex mujer luego de que ella fuera indagada el 13 de octubre último, Pachelo contestó que Dávalos lo "bloqueó de Whatsapp" y sólo se encontró la semana pasada con su hijo mayor para pasarle un dinero por alimentos.
Tras la indagatoria, Pachelo volvió a retirarse en el asiento trasero del auto de su abogado y se tapó el rostro con un cuaderno para evitar que los camarógrafos y reporteros gráficos tomaran su imagen.