Viernes, 31 Enero 2020 17:39

Comienza juicio por amenazas a joven que fue asesinado tras denunciar fiestas clandestinas

Será el 11 de febrero en San Isidro. Se sentará en el banquillo Mariela Fernanda Argüello, que era policía de la Federal. La víctima había denunciado la realización de fiestas en una casaquinta de La Lonja. El lunes que viene la familia de la víctima se movilizará a la Fiscalía.

El próximo 11 de febrero se iniciará el juicio en una de las causas que tuvo como víctima a Gabriel Eiriz, un hombre de 41 años, que tras denunciar la realización de reiteradas fiestas clandestinas en una casaquinta, fue amenazado y ejecutado de un tiro en la cabeza en su casa de la localidad de La Lonja.

Según informaron los familiares de Gabriel, el juicio que se iniciará será por la causa de las amenazas calificadas que tiene como imputada a Mariela Fernanda Argüello, quien se desempeñaba como policía de la Federal.

Para darle visibilidad nuevamente al caso que ocurrió en el año 2013, los allegados a la víctima realizarán el próximo lunes una concentración frente a la Fiscalía de Pilar, ubicada sobre la calle Tucumán.

Allí pedirán que la condena contra Argüello sea ejemplar. “Queremos que le den la máxima pena por el delito de amenazas y no que sea solamente una pena decorativa. Si le dan tres años o menos, es excarcelable. Nosotros entendemos que no puede haber atenuantes porque se trató de una policía, en ejercicio, amenazando a un ciudadano”, dijo Gustavo Eiriz, hermano de Gabriel en diálogo con Pilar de Todos.

La familia de Gustavo, también exigirá que avance la investigación por el homicidio en el que, dicen, “está implicada la policía”.

“El 13 de septiembre de 2013 Gabriel recibió amenazas de un número que no tenía agendado. Hizo la denuncia en la fiscalía de Pilar.  El 18 de septiembre, amplió su denuncia dando datos del número desconocido que terminó siendo de Mariela Fernanda Pérez Argüello, Policía de la Federal. El 8 de octubre a Gabriel lo mataron sicarios de un balazo en la cabeza en el jardín de su casa”, recordaron sus familiares.

En las amenazas que recibía Gabriel, agregaron los familiares, le advertían “que dejara de molestar y de entrometerse con un gran negocio: el de las fiestas clandestinas".

A Gabriel, al menos dos personas, lo acribillaron de un disparo en la cabeza, asesinos que luego se dieron a la fuga y de los que hasta el día de hoy no se sabe nada.

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