El Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) clausuró en las últimas horas a las polémicas termoeléctricas de Pilar.
Se trata de una medida “preventiva” que recayó sobre las firmas APR y Araucaria, quienes instalaron sus plantas a fines de 2017 en Villa Rosa, en el límite con Matheu (Escobar).
Desde ese momento comenzaron a generar un enorme rechazo en los vecinos, ya que las plantas se colocaron en medio de áreas residenciales y comerciales, luego de un cuestionado cambio de zonificación que autorizó la mayoría del Concejo Deliberante.
Los ruidos molestos, una vez que comenzaron a encenderse los motores, fueron los primeros aspectos que elevaron la voz vecinal, desde donde reclaman no solo que los sonidos cesen, sino directamente que las usinas sean trasladadas a áreas industriales categoría 3.
Según señalaron fuentes del OPDS a Pilar de Todos, Araucaria fue clausurada la semana pasada, mientras que APR el último martes por la noche.
“Araucaria fue clausurada por ruidos molestos e incumplimiento del Certificado de Aptitud Ambiental, mientras que APR fue cerrada también de manera preventiva por incumplimiento de condicionamientos del Certificado de Aptitud Ambiental”, señalaron desde la cartera ambiental bonaerense a este medio, desde donde agregaron que las firmas podrían comenzar a operar una vez que subsanen las falencias detectadas.
En la mañana de este miércoles 23 de enero, personal del OPDS y de la Policía Ecológica de la Provincia de Buenos Aires volvieron a las plantas para constar el cumplimiento de la medida, pero los vecinos aseguraron que las empresas continuaron funcionando luego de que se retiraran los inspectores.
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Ruidos
Los ruidos que generan las plantas de APR y Araucaria comenzaron a hacerse sentir en octubre del año pasado. Pese a las innumerables denuncias de los vecinos, quienes aseguran que por momentos los sonidos son “insoportables”, desde la Comuna señalaron en varias oportunidades que se trataba de maniobras de prueba para aplicar un plan de insonorización, laboreas que aún no fueron concretadas en un 100% por las firmas.
El OPDS ha medido niveles de hasta 55 decibeles en casas cercanas a las termoeléctricas, mientras que vecinos han hecho mediciones privadas, con equipos homologados y certificados ante escribano, donde los ruidos ascienden a casi los 80 decibeles, medidos en las puertas de las empresas.
Para determinar si un ruido es excesivo, se debe tener en cuenta un “basal” para la zona. Si una planta o empresa esté generando 8 decibeles por encima de ese básico, ya se considera que está incurriendo en una falta.
Para el área, según señalaron los vecinos de la zona, el basal es de 40 decibeles de día, y 35 de noche, por lo que las mediciones estarían arriba de lo permitido. "Tenemos una medición homologada de un privado que registró arriba de 76 decibeles en APR", señaló Laura, vecina del lugar a este medio. Mientras que Raúl Reggis, de la entidad 1810 Vecinos Unidos por Pilar, insistió en que las plantas siguen trabajando.
Si bien los reclamos de los habitantes apuntan generalmente al OPDS; nada evita que sea la propia Comuna la que pueda tomar cartas en el asunto.
De hecho, la ley provincial ambiental Nº 11.723, en su artículo 51 señala que “La autoridad de aplicación promoverá en materia de contaminación atmosférica producida por ruidos molestos o parásitos, su prevención y control por parte de las autoridades municipales competentes”.
En ese contexto, algunos vecinos indicaron a este medio que no descartan iniciar acciones legales contra la Comuna por no intervenir cuando lo solicitan, y descartaron que las termoeléctricas sean necesarias para evitar cortes de luz.
Informe Cammesa. Ayer, día más caluroso del verano 35 grados C, 40 de sensación térmica, MASIVOS cortes de energía y nunca el consumo superó los 23000 mw/h. La capacidad del SADI de generación es de 38.000 mw/h. Se cae el verso del gobierno y de @NicoDucote #NoAlasTermoelectricas pic.twitter.com/S8k6CoIv2n
— Gustavo Madeira (@gualma) 24 de enero de 2019
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