Seguimos contando los días, entre un sentimiento agónico, aunque tratando de recuperar algo de esperanza. Todas y todos tenemos grabada la carita de LOAN, que espera ser rescatado del destino que le tocó transitar y que, tal vez, haya devenido en irreparable por la impericia y ausencia deliberada del Estado.

Nos vamos enterando de eventos de manera desordenada, con sobresaltos, con prejuicios, sesgos y un interminable intercambio de acusaciones cruzadas entre el poder judicial, la policía y el poder ejecutivo nacional que, pasados de 17 días, aparece en la persona de la propia Ministra Patricia Bullrich diciendo que está preparando” buzos y equipos radiológicos para ver la panza de animales “. Solo le cabe una calificación: siniestro.

Va quedando a la vista de todas y todos que hubo una policía que no acató un protocolo específico existente al momento de la denuncia de su desaparición. El "Protocolo de actuación policial en materia de desaparición de niñas, niños y adolescentes", vigente en la Provincia de Corrientes desde el 2008.

Que, por su lado, la justicia pasa de la esfera local a la federal, luego de diversas intervenciones, sin que la población pueda entender por qué las competencias en razón de materia y territorio entorpecen y burocratizan un abordaje que no debería saber de restricciones ni limitaciones para actuar con celeridad, tomando todas las hipótesis posibles de una sola vez, en lo inmediato.

Y ni que hablar del Ministerio de Seguridad y el poder político que reacciona absolutamente tarde, proponiendo buscar ya un cadáver en un cauce de agua, con buzos, o como restos humanos dentro de animales.

En el medio de todo, nos anoticiamos, también, que en Argentina se están buscando a otras/os 99 niñas, niños y adolescentes desaparecidos, algunas/os hace tiempo y otras/os también recientemente.

La Fundación Alameda venía advirtiendo que el Consejo Federal para la Lucha contra la Trata y Explotación de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas y el Comité Ejecutivo, ambos creados por la Ley N° 26.364, que estaba conformado por varios Ministerios pasaron a la órbita exclusiva del de Seguridad, en el mes de febrero de 2024. El Comité que contaba con un equipo de 30 personas en todo el país a fin de actuar como red federal, fue desmantelado, cuando echaron al personal en el mes de Abril.

Este Comité había logrado rescatar 5.000 víctimas de trata en los últimos cuatro años. No hay mucho más que decir.  ¿Cuál podría ser el costo para el Estado? Un equipo chico, que realizaba una tarea tan grande. Hoy las consecuencias le duelen al país.

Y además nos debería doler el padecimiento de las infancias derivado de una decisión deliberada del gobierno del Presidente Milei cuando decidió no entregar 5 mil toneladas de alimentos a comedores comunitarios a los que asisten miles de niñas y niños en todo el país, cuando desfinanció  la educación de gestión pública, dejando de pagar el FONID a los docentes y eliminando todos los programas de acompañamiento a las trayectorias educativas, cuando están proponiendo llevar la edad de punibilidad a los 13 años en los adolescentes y cuando, desde principio de este año la pobreza pasó de un 44% a un 55% y la indigencia de 9,6 al 17,5 por ciento, de acuerdo con la UCA. Además midió que inseguridad alimentaria total en el AMBA alcanza el 35% de niñas, niños y adolescentes, y la inseguridad alimentaria severa 16,5%.

Hoy, más que nunca, las/os dirigentes políticos, estamos llamadas/os, a visibilizar las problemáticas de las infancias, comprometernos con la protección de sus derechos, señalar e intervenir en las situaciones de violencia que sufren y darles un lugar protagónico, para que con su propia voz puedan expresarse.

Somos responsables de uno de los más significativos legados del peronismo: Los únicos privilegiados son los niños. Debemos protegerlos, sin demoras. 

Como acaba de escribir el poeta entrerriano Yamil Sebastián Canelo: “ Clama el litoral por el hijo que le han arrebatado.”

Y debemos decir que clama la Argentina por las niñas y niños vulnerables ante tamaña ausencia del Estado.

Sin presente para las infancias y adolescencia no hay futuro de país posible.

 * Concejal de Pilar