Debido a la gran demanda de viviendas para alquiler que hay en nuestro país, el arriendo se convirtió en un rubro económico de enorme potencial. Tal es el movimiento de estos contratos que, en 2020, se dictó una Ley de Alquileres para regular los intercambios.
Una vez ordenadas las pautas contractuales, queda un gran desafío para los propietarios: el mantenimiento del inmueble. En este ámbito, el rol de los locatarios es fundamental, ya que su comportamiento define el índice de deterioro del lugar.
A continuación, cinco claves para alquilar una propiedad sin preocuparse por el deterioro.
- Optar por la mediación profesional
Una buena forma de evitar inconvenientes o conflictos por los riesgos de alquilar una vivienda, es tercerizar el vínculo con los locatarios. Acudir a un gestor inmobiliario, además, facilita notablemente todas las acciones burocráticas propias de la actividad.
Al trabajar con expertos, podemos establecer claramente las pautas del acuerdo. Para mayor seguridad, también podemos contratar un seguro de caución Iúnigo, que ayuda a garantizar el cumplimiento de las obligaciones por parte del inquilino.
- Identificar al inquilino ideal
Para mayor tranquilidad, siempre es bueno procurar la llegada del inquilino ideal que cuide de la propiedad, pague dentro de los plazos y cumpla con el contrato. De esa manera, evitamos todo tipo de conflicto legal asociado a la relación contractual y, con ello, un mal rato.
Lo primero es identificar qué población optaría por nuestra vivienda, según la zona, contexto e infraestructura. Hecho esto, podemos orientar los anuncios y acordar con el gestor algunos aspectos fundamentales en la decisión.
- Definir las pautas del contrato
La redacción y revisión del contrato es fundamental para establecer las pautas de la relación comercial. Este debe responder, en primer lugar, a lo estipulado por la Ley de Alquileres y no dejar fuera ningún detalle de los pagos y obligaciones de las dos partes.
En este contrato se establece el tipo de garantía acordado, el precio del alquiler y las condiciones de ingreso. Es aquí que acordamos las condiciones de devolución del inmueble y formas de indemnización en caso de rescisión o daños.
- Lograr especificidad
En el mismo contrato, podemos ser los más específicos posible a la hora de establecer pautas de convivencia o cuidado del inmueble, según sea el caso. También se puede estipular formas y tiempos de respuesta del locador en caso de sufrir algún desperfecto.
La creación del acuerdo es clave para, por ejemplo, limitar ciertas prácticas. Algunas de las más comunes son la tenencia de animales, fumar o, incluso, el ingreso de más personas de las acordadas.
- Entregar el inmueble en las mejores condiciones
Como propietarios, es necesario entregar el inmueble en perfectas condiciones para solicitar lo mismo al momento de la devolución. En ese sentido, no solo es importante la estética, sino también el estado interno de la vivienda: cañerías, electricidad, impermeabilidad, etc.
Esto no solo tiene que ver con una obligación contractual. Siempre es conveniente hacernos cargo de los arreglos más importantes, para evitar soluciones a corto plazo que puedan aumentar el deterioro.